Las computistas del Oeste ¿Quiénes fueron?

Las computistas del Oeste, es una de esas historias de mujeres valientes que merece ser contada.

Te ponemos en contexto:

Segunda Guerra Mundial… El escenario de tantas muertes motivadas únicamente por poder militar y político, fue también la cuna gestante de importantes avances tecnológicos.

Eso sí, avances científicos ligados a armamento y aviación de combate.

Y es que tras la Primera Guerra Mundial, se tornaron urgentes las necesidades de mejorar el parque de aviones destinado a estos menesteres.

Así, dentro de todo lo malo que traen las guerras, esta a su vez conllevó importantes logros en ingeniería y abrió las carreras profesionales a multitud de mujeres.

Que sean ellas

En todo se peca de novatos.

Si mandamos a todos los hombres a la lucha ¿quién sacará el trabajo en las bases?

Pues, que sean las mujeres.

Aquí nace la historia de las computistas del Oeste.

Motivados por esta necesidad tan básica de prosperar en materia armamentística, la NACA (institución dedicada a la investigación en aviación, precursora de la NASA) incluyó entre sus filas a multitud de mujeres que con excelente formación.

Mujeres que habían quedado relegadas únicamente a trabajos docentes.

Hay que apuntar, que en aquellos tiempos, tanto el trabajo, como la educación, como el resto de actividades estaban segregadas a parte de por género, también por raza.

A nivel social había espacios para negros y espacios para blancos.

Las primeras mujeres contratadas eran mujeres blancas.

Pero el trabajo era ingente y las manos y las mentes para repasar numerosos cálculos eran necesarias.

Aparecieron pues, las mujeres negras.

Mujeres con formación científica, de color, que como única meta profesional tenían la docencia en escuelas para negros.

Con esta falta de personal blanco, llegó la oportunidad para muchas, muchísimas de ellas.

El trabajo de cálculo que se precisaba se impartía en el laboratorio de Langley (Estado de Virginia).

Allí comenzaron a “desaparecer” la separación de espacios divididos por razas.

Fueron “precursores” por interés de una igualdad racial que muy lentamente se había hueco.

En principio, aún no existían como tal las computistas del Oeste, pero estaban en camino.

Las matemáticas y la llegada de las computistas.

Fueron las matemáticas, la ciencia que acompaño en la trayectoria profesional de todas las computistas de color.

Calculadoras humanas destinadas a representar con números aquellos “caminos” que más tarde recorrerían los aviones.

El avance de la ingeniería, el Sputnik y con él la carrera espacial, compartieron espacio y tiempo con las profesionales de este sector.

Con ello llegó también la oportunidad de continuación en la carrera espacial para las computistas, a las que, como a muchos contemporáneos nuestros, les tocó reciclarse y reinventarse hacia nuevos proyectos.

Figuras ocultas

Figuras ocultas es el título que bajo la mano de Margot Lee Shertterly, saca a la luz la vida y la trayectoria científica de tres de estas mujeres.

Tres computistas afroamericanas cuyo trabajo fue fundamental en la misión Apollo 11.

Este relato insipiró años después la película del mismo nombre que vio la luz a principios de 2017.

Como ves, a veces la figura de la mujer y su importancia en el avance tecnológico, ha sido, como poco, minimizada, si no ocultada.

De ahí que queremos dar visibilidad y voz a todas aquellas mujeres que han formado parte de la historia y que poc@s conocen.

Muchas de ellas, lograron cosas impresionantes y hay personajes que merece la pena conocer.

Si tienes alguna sugerencia, te animamos a que nos la cuentes y esperamos que esta historia te resulte tan interesante como a nosotras.

Como siempre, gracias por estar ahí.